Hace más de 100 años, este imponente edificio, conocido como el Palacio de la luz, fue una fábrica de electricidad construida por la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIAE), bajo el diseño del arquitecto italiano Giovanni Chiogna. Una obra donde la funcionalidad se encuentra con la belleza, y donde cada detalle arquitectónico tiene algo para contar.

Durante décadas, alimentó de energía a buena parte de Buenos Aires. Pero con el paso del tiempo, sus máquinas se apagaron y comenzó una nueva etapa. En 2011, luego de años de abandono y un ambicioso proceso de transformación, la antigua usina resurgió como el centro cultural más importante del sur de la ciudad.